El pasado lunes presentamos en Medialab-Prado el informe Los peces perdidos de África Occidental, una investigación conjunta de porCausa y el Overseas Development Institute (ODI) sobre las consecuencias que la sobreexplotación y las actividades pesqueras ilegales pueden traer en el desarrollo de la región occidental de África.

Para la ocasión, contamos con cuatro figuras expertas en la materia y parte importante en la investigación. Miren Gutiérrez, investigadora de ODI y experta en big data para investigación y comunicación; Alfonso Daniels, periodista freelance y consultor en ODI; Roberto Mielgo, cofundador de FishSpektrum, empresa que ha compilado la base de datos en la que se basa la investigación. La rueda de prensa estuvo presentada por Gonzalo Fanjul, codirector de porCausa.

El informe utiliza “una metodología muy novedosa” para analizar la información en busca de resultados, afirmó Gonzalo Fanjul. “La pesca no declarada y no reportada en África tiene un gran impacto económico y fiscal a nivel global. Provoca un efecto dominó que afecta a la industria pesquera como valor esencial de subsistencia de la población africana”, insistió Fanjul.

Todos los expertos coincidían en la importancia que tiene el informe a la hora de denunciar una falta de regulación en la actividad pesquera por parte de la Unión Europea (UE) y de los gobiernos africanos. Una primera reacción, como anunció Daniels en su intervención, tuvo lugar con el anuncio de Guinea de prohibir temporalmente la pesca a barcos extranjeros en sus aguas. A pesar de que la Unión Europea es la principal importadora mundial de pescado, “no contempla legislar sobre la pesca en África para acabar con ilegalidades”, afirmó Daniels. Según un informe del Parlamento Europeo del año 2014, la UE podría estar importando 1.100 millones de eurpos en productos pesqueros ilegales.

“Me podría pasar el día explicandóos cien maneras de pescar ilegalmente, pero hay que ser cauteloso porque nos enfrentamos a corporaciones muy poderosas”

Durante la presentación se quiso recalcar que, aún permitiendo las irregularidades, no es la Unión Europea quien juega más sucio en este mercado. “La UE sí publica acuerdos comerciales con estados africanos”, dijo Alfonso Daniels, “gigantes como Rusia y China nunca lo hacen”.

Uno de los mayores expertos mundiales en pesca ilegal, David Agnew, intervino vía Skype. “No solo se trata de un problema de barcos piratas operando al margen de la legalidad, sino de empresas y compañías legales que operan de forma fraudulenta”, le escuchamos decir desde una pantalla. «Una recomendación es mejorar lesgilaciones, como la de Estados Unidos, y crear registros y listas negras globales de pesca ilegal”.

La investigación se apoya en mapas creados por cartoDB para visualizar la actividad de grandes reefers (procesadores) y buques congeladores en África durante 2013. Para Miren Gutiérrez, especializada en el uso de big data para la investigación, “el tracking por satélite permite descubrir acciones que podrían ser ilegales”. Senegal prohibe transbordar la pesca no declarada dentro de sus aguas sin la presencia de observadores internacionales a bordo. Grandes reefers se dedican a esta actividad en alta mar y mediante el seguimiento de su movimiento puede observarse un zigzagueo propio de las aproximaciones a buques pesqueros, una maniobra habitual para traspasar la carga.

Los investigadores advierten que los gobiernos tienen una responsabilidad. “Son las excesivas subvenciones a la pesca las que permiten esta actividad ilegal”, opinaba Roberto Mielgo de FishSpektrum. Gonzalo Fanjul recordó que las ayudas a la pesca representan más de 27.000 millones de dólares anuales, lo que equivale al 41 por ciento del valor de la captura global, según el Africa Progress Panel (2014). Mientras, las ayudas al desarrollo en África se quedaron en 71 millones de dólares anuales (2013).

“Me podría pasar todo el día explicandóos cien maneras de pescar ilegalmente, pero hay que ser cauteloso porque manejamos información muy importante y nos enfrentamos a corporaciones muy poderosas”, contaba Mielgo, en el momento más tenso de la presentación. Mucha de la pesca no es declarada como exportación o importación sino como mercancía en tránsito, favoreciendo irregularidades.

Como hemos señalado desde que el informe vio la luz, el problema de la pesca perdida en las aguas occidentales de África tiene un impacto mundial. Hacer desaparecer la pesca ilegal en África crearía 300.000 puestos de trabajo y generaría más de 3.300 millones de dólares de beneficio, según la FAO.