La controvertida historia de la ruta de los Balcanes

El fotoperiodista Olmo Calvo documentó el cierre de la ruta de los Balcanes y sus consecuencias.

Cuando la ruta de los Balcanes permanecía abierta, familias enteras viajaban en tren, en bus, o a pie. Tras su travesía en bote por el mar Egeo, cruzaban las siguientes fronteras que se les interponía en su camino hacia Europa. Bulgaria o Macedonia, Serbia, Hungría, Austria… Ahora, el camino está cerrado y miles de personas se encuentran varadas en lugares de paso como Grecia.

Muchos periodistas han viajado para documentar la ruta balcánica, su cierre y la crisis humanitaria generada, la cual se ha ido agudizando a lo largo de los meses. Uno de ellos ha sido el fotoperiodista Olmo Calvo cuyo trabajo “Supervivientes en busca de refugio” pudo verse en el Centro Internacional de Fotografía y Cine, (EFTI) de Madrid.

El primer país en cerrar sus fronteras fue Hungría, en septiembre del pasado año. Le siguieron Austria, Eslovenia, Croacia, Serbia y Macedonia, el último país en estrangular la ruta en marzo de este año.

Las imágenes de esta colección no solo retratan la llegada de los botes a la isla griega de Lesbos, sino el qué ha pasa con las personas una vez tocan tierra. Así como el antes y el después del cierre de fronteras, cuando los países balcánicos sellaron el flujo migratorio.

“Cuando la figura del Estado se personaba, como en Hungría, era para reprimir”

“Lo que se puede ver en la exposición es el recorrido que hice desde mediados de agosto de 2015 hasta marzo de 2016”, explica el fotógrafo. “Empecé en Idomeni (situado entre la frontera greco-macedonia). Después pasé por Macedonia, Serbia hasta llegar a Hungría”, añade. Una vez llegó hasta aquí, las autoridades sellaron las fronteras y los soldados húngaros instalaron una alambrada entre Serbia y Hungría. Concretamente en el pueblo fronterizo de Röszke, como se aprecia en una de las imágenes en exposición.

“Desde ese día el Gobierno húngaro bloqueó completamente el paso de refugiados por su país”, dice el pie de foto. Y lo hizo de todas las formas que pudo porque, a pesar de que la gente intentó cruzar la autopista situada en el pueblo limítrofe de Horgos (Serbia). “Los antidisturbios húngaros cargaron con chorros de agua, gas pimienta, gas lacrimógeno y finalmente con porras extensibles de acero”, detalla.

Cierre de la ruta de los Balcanes. Infografía /EFTI

Para el fotoperiodista, Hungría ha sido el país en el que mayor abuso de autoridad ha visto. “Incluso antes del cierre de fronteras, la policía húngara les trataba como invasores y hacían redadas en los pueblos cercanos”, asegura. “De repente, había patrullas policiales que, en cuanto veían a alguien que podría ser refugiado por su apariencia física, pedían los papeles. Si lo eran los metían en furgones y autobuses específicos para el traslado de personas presas. Buses con barrotes, en concreto. Después, les llevaban a centros de registros, que en realidad eran de detención”, explica.

En esta crisis de refugiados “o el Estado no estaba como es el caso de Grecia y, en su lugar, estaban oenegés o cuando la figura del Estado se personaba como en Hungría era para reprimir”, dice. “Nunca se veía a representantes del Estado que llegasen a ayudar”.

El cierre de la ruta dejó a miles de personas varadas en lugares como Idomeni, situado entre la frontera entre Grecia y Macedonia, y Atenas. Tras el acuerdo sellado el 18 de marzo entre Unión Europea y Turquía, comenzó la devolución de refugiados que llegaban a Grecia hacia el país turco.

El pasado mes de mayo se inició el desalojo del campamento de refugiados de Idomeni, transportando a las personas a varios campamentos del país, gestionados por diferentes oenegés. En la actualidad, en la capital griega, hay unas 50.000 personas viviendo en condiciones precarias a la espera de seguir avanzando hacia Europa. Miles de ellas viven en las instalaciones olímpicas abandonadas de Atenas, lugares donde se desarrollaron los Juegos Olímpicos de 2004 y que el fotoperiodista visita doce años después. Para Olmo Calvo, esta imagen representa las dos grandes crisis del momento: la crisis económica griega y la crisis de refugiados.

 

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Algunas imágenes del trabajo de Olmo Calvo que se muestra en esta exposición forman parte también del proyecto Diásporas de la fundación porCausa.