No se puede entender el CIE (Centro de Internamiento de Extranjeros) de manera aislada. Es parte de un triángulo que responde a una lógica de rechazo a la migración. Los tres puntos que dibujan este sistema son: uno) las identificaciones racistas, dos) los CIE y tres) los vuelos de deportación.

En una serie de tres artículos en el blog de Planeta Futuro (El País) 3.500 Millones desgranamos este triángulo siniestro que refuerza un sistema migratorio idiota. Comenzamos por el CIE y explicamos (alerta spoiler) que, en realidad, no sirve para lo que dicen que sirve (tener a los extranjeros custodiados en tanto se les abre una vía de devolución a su país de origen). En verdad, es un aparato del miedo y del amedrentamiento. Una estrategia de control.

El periodista de porCausa Daniel Martínez analiza el papel del CIE en este artículo:

En algunas ciudades españolas es habitual la siguiente escena: varios agentes de la Policía Nacional paran a transeúntes y les solicitan su identificación. Otras personas pasan de largo sin ser retenidas. No se aprecia ningún indicio de hecho delictivo. ¿Por qué les paran? No se sabe. Pero hay algo evidente: la persona identificada es de raza negra, los que pasan de largo no lo son.

En ese control, la Policía está solicitando una documentación que pruebe la estancia legal en territorio español. No estar en una situación legal no es un delito, es una falta administrativa, como una multa de tráfico. Pero, ojo, el problema deviene en catástrofe cuando la sanción, por esta falta, se convierte en una expulsión del país. Se pone en peligro un proyecto vital, una familia, un futuro…

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