«Cuando llegué, vi cómo algunos de los que llegaban a tierra tiraban sus pasaportes al agua», dijo un bombero catalán regresando de su voluntariado en Lesbos. La cámara de su móvil captó varios pasaportes y documentos de identidad colocados ordenadamente encima de una mesa. Era marzo, los botes desde Turquía seguían llegando a Grecia, y Bruselas acababa de acordar con Ankara la devolución de refugiados al país vecino. «Supongo que es porque quieren que les traten igual que a un refugiado», dijo.
El fotógrafo Gabriel Tizón fue más allá: zambulló su cámara en el mar y encontró un pasaporte iraní entre las rocas. Esta imagen forma parte de la exposición #SinFiltros, recién inaugurada en Casa del Lector, Matadero de Madrid, que permanecerá abierta hasta el 18 de diciembre. Se trata de una mirada «al éxodo que Europa no quiere ver».
«Falta que la sociedad presione a los gobiernos para que hagan lo que no han estado haciendo hasta ahora»
La colección está formada por cuarenta fotografías que reflejan el portazo que ha dado Europa a quienes huyen de los conflictos, la pobreza y la desigualdad. Sirios, afganos, pakistaníes, magrebíes… Todos ellos retratados en las imágenes de 18 fotoperiodistas que han cedido su trabajo de manera gratuita. Casi todos estos profesionales trabajan como freelancer y cuentan con una larga trayectoria profesional.
La imagen que abre la exposición es de Santi Palacios, quien capturó a familias subidas a un bote en medio del mar Egeo. A la pregunta de si cree que esta exposición tendrá impacto responde que el objetivo es empujar la reacción de la sociedad civil para que esta se lleve a las calles y sirva porque, para él, decir «¡qué pena!» no es suficiente.
Pese a que es la crisis de refugiados más mediática de la historia, el fotoperiodista cree que no se reacciona lo suficiente. «Falta que la sociedad presione a los gobiernos para que hagan lo que no han estado haciendo hasta ahora», explica.
#SinFiltros cuenta la huida y la llegada a Europa de migrantes y refugiados y de cómo estos viven en las fronteras, siempre a la espera de seguir avanzando en su camino. De hecho, algunos lo intentaron tras la negativa del Gobierno macedonio de dejar pasar a refugiados. «Un joven carga con una niña mientras cruza el río Konska para llegar de Grecia a Macedonia», reza el pie de la foto de Alejandro Martínez Velez, «todos fueron devueltos en cuanto llegaron».
Otras imágenes reflejan la desesperación y las protestas ante la impotencia de no poder avanzar. Sentimientos que son respondidos con represión cuando efectivos policiales lanzaron gases lacrimógenos contra la población. La cámara de Olmo Calvo capturó uno de esos momentos frente a la valla que separa Serbia de Hungría.
Hasta hace tres días, Idomeni era el mayor campo de refugiados en Europa, levantado entre Grecia y Macedonia en medio de la nada. Sin embargo, la policía griega ha desalojado el territorio. Ahora, de toda esa realidad, solo quedan las fotografías.
La presentación de #SinFiltros la inicia una denuncia del periodista Mikel Ayestarán y la cierra una infografía sobre las rutas y números de refugiados en Europa. A medio camino, la exposición acoge un vídeo del videoperiodista Jaime Alekos con el día a día de los refugiados. El agua y alimentos, lo que más escasea. En Idomeni los niños vomitan en medio del barro y lavan las manos con el agua de los charcos que ha dejado la lluvia.
La exposición pretende ir más allá a través de coloquios, conferencias y la venta de un catálogo con las imágenes, cuyos fondos irán destinados a Médicos Sin Fronteras.