El desempleo y la precariedad laboral determinan los insoportables niveles de pobreza que sufre nuestro país. Analizamos los datos más recientes de la Encuesta de Población Activa y no compartimos el entusiasmo del Presidente del Gobierno.
Señalaba Rajoy en la sesión de control del Congreso de los Diputados, el 21 de enero pasado, que “hoy en España se crece, se crea empleo”. Además adelantaba que la tasa de crecimiento del empleo era de un 5% al año, «eso lo verán ustedes en la EPA [Encuesta de Población Activa] de mañana». Nosotros hemos ido a la EPA y a la nota de prensa con que acompaña el INE dicha encuesta. En ella el Instituto Nacional de Estadística asegura que “el empleo ha crecido en 433.900 personas en los 12 últimos meses, es decir que se registra una variación anual es del 2,53%”. El análisis detallado de los datos oficiales sugiere una interpretación menos eufórica de la que hace el Gobierno.
1. Se ha creado empleo, pero no tanto como la magnitud del problema requiere
El primer gráfico nos muestra cómo efectivamente hay una mejora en la población ocupada en España, pero es poco significativa dada la magnitud del problema. En 2007 las personas en situación de desempleo eran cercanas a los 2 millones, y al finalizar 2014 esta cifra está cerca de los 5,5 millones.
2. Hay menos gente dispuesta a trabajar en proporción al total de la población
Comparando la población activa -aquella que es mayor de 16 años y que se encuentran en disposición de trabajar- con la inactiva -aquella que no busca incorporarse al mercado de trabajo- y los menores, el siguiente gráfico muestra cómo la población activa en España tiende a disminuir levemente. Y lo que es más llamativo, que desde 2012 es inferior al segmento de la población menor de 16 años, o inactiva.
La nota de prensa atribuye esta tendencia al envejecimiento de la población, sin embargo valdría la pena analizar con mayor profundidad el papel de la emigración en el dato anterior y ver la magnitud del impacto de la salida de capital humano expulsado por la situación económica y la falta de oportunidades. Existen pocos datos disponibles sobre este fenómeno, y los pocos que hay nos los proporciona el mismo INE a mediados del año pasado: el saldo migratorio de españoles en el primer semestre de 2014 fue de (–)24.734, es decir que emigraron 42.685 personas e inmigraron 17.951.
3. El empleo no es para jóvenes
La población ocupada tiende a “envejecer” durante la crisis en detrimento de los segmentos más jóvenes de la población, que pasan en 2007 de representar el 21,5% del total de ocupados a un 13% en 2014. A este dato hay que añadir que somos campeones en desempleo juvenil dentro de nuestros socios europeos,53,8% de acuerdo a Eurostat. Sería interesante conocer la valoración de resultados que hace la Unión Europea y España de las políticas y presupuestos destinados a apoyar el empleo juvenil (Estrategia de Emprendimiento y Empleo Joven), porque los datos estarían evidenciando un efecto nulo en la situación laboral de este colectivo especialmente afectado por el desempleo.
4. El empleo a tiempo parcial va ganando terreno
Aquellas personas que consiguen incorporarse al mercado laboral lo hacen a tiempo parcial en 4,62 puntos porcentuales más que en 2007. La tendencia es que este tipo de contratos son más frecuentes en nuestro mercado laboral representando en 2014 uno de cada siete contratos. Este es un tema sobre el que ya han alertado organismos como la Organización Internacional del trabajo.
5. Se trabajan menos horas de las que sería deseable
Las personas a tiempo parcial no han podido encontrar un empleo a jornada completa. Este motivo va ganando peso a medida que pasan los años, en detrimento de otros como no buscarlo o tener cargas familiares.
6. La remuneración del empleo que se está creando
Finalmente hemos buscado en el INE datos relativos a los salarios. Carecemos de información de esta fuente oficial para los años 2013 y 2014, ya que la última información disponible (correspondiente a la encuesta anual de estructura salarial) es del año 2012 y fue publicada en junio de 2014. Para el período 2008-2012 vemos cómo los trabajadores que perciben de 0 a 1 Salario Mínimo Interprofesional pasaron de 8,86% a un 12,25%. El Consejo de Europa ha denunciado que esta franja salarial resulta insuficiente para garantizar un nivel de vida digno. El análisis de Ignacio Pérez Infante sobre el impacto de la crisis y las reformas laborales en el mercado laboral concuerda con estos datos.
En conclusión, la última EPA confirma el incremento de la precariedad laboral y la desigualdad en España. Es la misma certeza a la que han llegado la Fundación Primero de Mayo (en su último informe sobre trabajo decente) y la Organización Internacional del Trabajo, quien señala que hasta 2023 no veremos los niveles de empleo de 2007. El tono triunfalista del Gobierno tendrá poco que ver con la percepción de millones de desempleados que carecen de derecho a prestación (secalcula que la cobertura, sobre el paro registrado de acuerdo a los datos mensuales del MESS, se sitúa en un 57,88% , lo que representa el mínimo de la última década según se recoge en el informe de la Fundación Primero de Mayo) o no tienen acceso a otro tipo de ayuda o llevan más de dos años buscando trabajo, haciendo cursos del SEPE, registrados en los innumerables portales de empleo y, a la fecha, nada.
Artículo originalmente publicado en el blog 3500 millones de El País.