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Aventurarse a hablar sobre cómo va a ser el periodismo en los próximos años siempre puede parecer algo pretencioso, pero no deja de estar de moda teorizar sobre ello porque el oficio de informar y de contar historias está inevitablemente ligado al devenir tecnológico y, todavía hoy, la incertidumbre sobre cómo calar hondo en unas audiencias que están desbordadas frente a tanta información, además de conseguir rentabilizar el trabajo que supone crear los contenidos informativos, es gigantesca.

En el informe “Los medios en 2020: Así serán la prensa, la radio y la televisión”, elaborado por el blog sobre pensamiento innovador y conocimiento digital, toyoutome, el Editor Jefe de Vice News España, Juanjo Villalba, habla acerca de los contenidos de consumo rápido, los que entran por los ojos; en concreto, de los vídeo-contenidos: “Lo que nosotros hemos demostrado es que no hay que limitarse a pequeñas cápsulas de 2 minutos. Un usuario de Internet puede quedarse viendo un vídeo de 25 minutos si lo que se cuenta se adapta a sus gustos y su detector de tonterías no se pone a vibrar como un móvil. No se pueden contar las cosas igual que hace 10 años, casi no se pueden contar las cosas ni como el año pasado, no hay que quedarse quieto y hay que adaptarse a la velocidad a la que cambian las nuevas generaciones. «Streaming», periodismo inmersivo e incluso realidad virtual son también palabras clave en todo esto”.

La fórmula informativa que viene proponiendo Vice News desde sus inicios a mediados de los años noventa, caracterizada por un estilo propio en sus vídeos y una forma arriesgada de hacer periodismo donde ocurren las cosas, empleando un lenguaje atrevido, excesivo, y adaptado a la nueva generación de millennials, es todo un caso de éxito dentro de los medios de comunicación online y multiplataforma. En la actualidad, cuentan con casi 130 millones de usuarios y son uno de los medios estadounidenses más rentables.

Sobre el éxito de Vice, así como las formas en las que la televisión, los grandes medios generalistas y los documentalistas están produciendo sus contenidos audiovisuales, fueron algunos de los temas principales en torno a los que giró el taller de formación porCausa, ‘Narrativa informativa audiovisual en multicanal’, que acogió la Universidad Pontifica Comillas hace unos días. En los siguientes párrafos, exponemos las principales lecciones sobre videoperiodismo y las nuevas narratitvas audiovisuales que extrajimos del expertise de los periodistas que impartieron el taller.

Hacia un nuevo lenguaje televisivo: la continuidad ha muerto

“Atención dividida, fragmentada… Multipantalla / “el player” es móvil. La forma de la información varía, se adapta, es transmedia”. Estas frases, que pueden parecer inconexas, forman parte del contenido de la primera diapositiva de la presentación que Daniel Seseña, director de Cámara Abierta 2.0 (RTVE), utilizó para explicarnos su visión sobre cómo son las audiencias televisivas hoy en día; las cuales, están conectadas, cada vez más, a internet y a las redes sociales.

Fruto de esta percepción de la sociedad que estaba cambiando en su forma de consumir información debido a internet y a la proliferación de los dispositivos portátiles, nació hace cinco años Cámara Abierta 2.0, como un spin off de la 2 noticias con el objetivo de rastrear la red en busca de actualidad, cultura y participación. El programa, de unos quince minutos, contiene varias clips o reportajes de cinco minutos de duración, y es todo un referente entre la parrilla de televisión a la carta en España por su narrativa y por su forma de contar las historias. En el equipo de Cámara Abierta 2.0 trabajan dos redactores y comparten equipo de producción con otros programas, Zoom Neet y Zoom Tendencias. En hacer una pieza suelen tardar, como media, entre rodaje y producción, dos días. En crear un programa completo, entre una semana y semana y media. En comparación con otros programas, son ligeros y rápidos.

A lo largo del taller de formación, Daniel destacó que “la continuidad ha muerto” en las narrativas televisivas y que los contenidos son cada vez más breves, directos y fragmentados, pero con opción a profundizar en futuras piezas audiovisuales. A lo largo de su exposición, mencionó a Vice News como ejemplo de éxito por el lenguaje y formato audiovisual que utiliza, entremezclando clips de tres a cinco minutos y documentales que no llegan a la media hora de duración. Su documental sobre el Estado Islámico es uno de los trabajos más impactantes que han realizado hasta la fecha. También destacó el ejemplo del reportaje multimedia de Snow Fall (The New York Times) como referente e iniciador, en cierto modo, del periodismo interactivo y transmedia.

Daniel, como observador de la sociedad digital, pero también, de la industria audiovisual, no pasó por alto fenómenos como el periodismo móvil y plataformas como Periscope, de la que opinó que  es el paradigma actual más grande de nuestra profesión actual”. En RTVE ya lo están utilizando, como en la pasada edición de Eurovisión, cuando retransmitieron más de diez horas en streming en las redes sociales a través de esta aplicación exclusiva para smartphones y propiedad de Twitter. Además, el director de Cámara Abierta 2.0, destacó como periódicos de referencia, como The Guardian, comienzan a crear tendencia con retransmisiones en vertical –debajo, vídeo de los disturbios de Baltimore acontecidos tras la muerte de Freddie Gray-.

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El vídeo en la prensa digital: desde la sala de máquinas del The New York Times

La mayoría de los vídeos del New York Times son relevantes durante años. Parte de la “culpa” de este éxito es de Alexandra García, una de las cincuenta periodistas que forman parte del NYT Video Staff, departamento desde el que se cocinan desde vídeos cortos para breaking news, reportajes de tres a cinco minutos de duración o documentales de más de media hora.

“Para mí, lo más importante es hacer algo único y, por otro lado, para hacer algo que funcione en las redes sociales, lleva su tiempo”, explicó la reportera de padres colombianos que, de media, suele tener dos semanas para grabar y editar un vídeo. Un margen de tiempo que le costó negociar con sus jefes actuales, pero con el que ahora cuenta y que le permite hacer trabajos audiovisuales de calidad, que complementen a una noticia o a un reportaje: “Toma mucho tiempo encontrar las historias en vídeo que acompañen a un tema, que tengan un marco narrativo similar a la noticia o al reportaje que queremos tratar, y que sean distintas al texto escrito”.

Un ejemplo de cómo de una noticia de gran interés púbico se puede contar una historia “única” que complemente al trabajo de los redactores, es el vídeo para el reportaje sobre lo que sucedió durante las cuatro horas que estuvo el cuerpo del joven Michael Brown en medio de una calle de Ferguson (Misuri), tras ser asesinado por el policía Dareen Wilson en agosto de 2014 –en la parte inferior, pantallazo del artículo publicado en el NYT-. En este caso, Alexandra optó por entrevistar y mostrar durante el día cómo eran y qué habían visto los vecinos de Ferguson, una vez pasadas las horas nocturnas de disturbios y altercados.

“Durante mi etapa en el Washington Post, recuerdo el primer vídeo que hice: tenía catorce horas de grabación. Claro, pasaban los días y mi jefe me preguntaba que cuándo lo iba a entregar. Ahora, para no perder tanto tiempo lo que hago es una labor de edición antes de salir a grabar; cuál es la historia que quiero contar, a quién quiero entrevistar y qué preguntas quiero hacer, etc”, explicaba Alexandra a propósito de su metodología de trabajo en la fase de pre-producción. En cuanto a los entrevistados, la reportera del Times comentó que suele hacer una preview con la gente a la que quiere entrevistar “para saber si están dispuestos a ser entrevistados y si hablan bien” con el objetivo de descartarles o no para sus reportajes. Un muestra de esta forma de trabajar, son los vídeos que grabó durante un viaje a Cuba de seis días en los que consiguió publicar varios reportajes; algunos han tenido gran repercusión como la historia Ana, una transexual a la que el gobierno de Cuba le había pagado la operación de cambio de sexo o sobre los blogueros cubanos más representativos, con la periodista Yoani Sánchez a la cabeza.

Antes de terminar su clase magistral vía Skype, desde la sede la gran cabecera neoyorkina, Alexandra habló sobre el uso de los smartphones por los periodistas del NYT a la hora de grabar algunos acontecimientos. “Normalmente los videoperiodistas no solemos grabar con el móvil, pero si ocurre un acontecimiento dramático, es exclusiva, y estamos allí, lo grabamos y luego lo enviamos a la redacción para que se edite y se publique. También entrenamos a nuestros redactores para que cuando sucedan este tipo de hechos sepan cómo grabar a través de sus smartphones”.

Pantallazo del artículo de Michael Brown´s Body en el NYT

 

Documental periodístico multimedia

“Yo era fotoperiodista, pero por las circunstancias del mercado me cambié a lo audiovisual”, nos explicó Gabriel Pecot, mientras resumía su experiencia periodística en el inicio de la presentación de su taller sobre cómo crear, producir y difundir documentales multimedia para ser consumidos en internet. El fotoperiodista y productor de documentales argentino, tuvo la suerte de vivir una etapa dulce de cinco años como fotógrafo realizando trabajos a nivel local e internacional en el desaparecido diario Público, pero como a muchos de sus compañeros, el cierre de la cabecera española por diversas circunstancias económicas en 2012, le salpicó y tuvo que seguir buscándose la vida. Desde entonces, ya como periodista freelance, sus fotografías y documentales han girado por medios de todo el mundo (Clarín, Associated Press, The New York Times, The Washington Post, Le Monde o Der Spiegel, entre otros) y su trabajo se ha ido enfocando hacia los reportajes audiovisuales y documentales multimedia.

Quizá porque el perder un trabajo estable como el que tenía y ganar en libertad de horarios, o por la coincidencia en el tiempo con circunstancias históricas que estaba viviendo España como consecuencia de la crisis, Gabriel dio rienda suelta a su imaginación y empezó a darse a conocer con ‘#SpanishRevolution’, reportaje sobre el Movimiento del 15M de 2011 en España, o ‘Youth Without a Future’, trabajo publicado en GEO Magazine sobre el complicado futuro de la juventud española, afectada por las consecuencias de la larga crisis económica. Posteriormente, ya en 2013, el documental multimedia, ‘No Job Land’, le puso en el mapa, y tuvo un éxito viral inesperado: «Fue un trabajo de periodismo concebido como servicio público. España ya llevaba mucho tiempo en crisis, con lo que retratar la circunstancias de varias familias con paro de larga duración no era algo novedoso, pero acabó teniendo una repercusión que nosotros no esperábamos. Se publicó en Narratively, en el Daily Telegraph, en La Sexta… Ahí aprendimos que una historia tiene que estar lo más pulida y perfecta posible, porque cuando la sueltas ya es muy difícil controlarla».

Los proyectos audiovisuales y multimedia que viene realizando Gabriel desde hace varios años, se han financiado inicialmente de su propio bolsillo y del de su equipo, a través de campañas de crowfunding o gracias al haber conseguido colaboración con algún medio, ONG o Fundación, y tanto el equipo material que utiliza como el número de compañeros de trabajo con los que colabora en cada proyecto, son reducidos. «No podemos ir en contra de cómo está evolucionando el consumo de la información. Hay que aprovechar el potencial, es un mercado global y el límite es la imaginación. Ahora tenemos herramientas audiovisuales, casi cinematográficas, que están al alcance de la mano», dijo el realizador de ‘Carmen y Jimena: Futuro imperfecto‘, que está sabiendo explotar las posibilidades de la viralidad gracias al haber creado una narrativa multimedia propia y saber moverse en las redes sociales.

«El guión es Dios, tenemos que saber cuál es la historia y cuáles deberían de ser nuestros personajes. Es verdad que ya se ha contado todo, pero no desde todos los ángulos», dijo Gabriel, enfatizando en la importancia de tener una estructura y un plan de producción en cada trabajo. Por otro lado, el realizador argentino también quiso resaltar la importancia del factor emocional: «Es fundamental pensar qué es lo que realmente te llena, como sucedió con ‘Job Land’ tratando el tema del desempleo; primero tuvo repercusión en España, luego en Reino Unido y posteriormente en Francia porque, al final, compartimos emociones comunes». Gabriel mencionó trabajos del periodista Charles Ommanney como ‘The Fence’, para la MSNBC News y la agencia Getty, sobre frontera entre Estados Unidos y México, como un ejemplo de documental al que aspirar -en la parte inferior, tuit con el documental en Vimeo-.

Para Gabriel, el perfil de un periodista visual que quiera llegar a hacer reportajes de tres o cinco minutos de duración y documentales de unos quince o veinte minutos, tiene que ser todoterreno: implica saber hacer uso de las técnicas clásicas del reporterismo, la búsqueda de la narrativa audiovisual, estar pendientes de la edición, del sonido e imagen adecuadas, así como saber postproducir (mezcla y estalonaje). Además, en sus últimos trabajos viene realizando una exhaustiva labor de investigación de varios meses, así como concertando entrevistas para tener la big picture de las historias a tratar puesto que, los temas de los que habla -paro, deshaucios, enfermedades mentales, guerras, catástrofes naturales, etc- no son moco de pavo y cualquier error en un dato o en una información, significa perder la credibilidad y el respeto hacia las personas que sufren dichas problemáticas. Por ello, Gabriel, antes de dar por concluída su master class, nos citó a los allí presentes al periodista californiano del The New Yorker, Jon Lee Anderson, para recordarnos que «el periodista es un servidor público».