«Muy buenos días. Les voy a proporcionar las claves para montar un negocio que mueve 32.000 millones de dólares al año y que ustedes pueden desarrollar en cualquier lugar del planeta», enfatiza una suerte de ‘coucher empresarial’ al comienzo del documental ‘Chicas Nuevas 24 horas’. El suculento negocio del que habla y del que todos quieren sacar tajada no es otro que la trata de personas.
Esta ficción sirve como antesala a una trágica realidad, la que viven miles de mujeres que son víctimas de la esclavitud sexual. «Hay mucho desconocimiento del sistema tan brutal que tiene de enriquecer a tantísimas personas. Hay que dejar clarísimo que detrás de la prostitución, en muchos muchos casos, hay trata, hay explotación sexual, hay abuso y hay violencia», explica su directora, Mabel Lozano, en una entrevista realizada por la periodista Ana Boyero para la Fundación PorCausa.
‘Chicas Nuevas 24 Horas’ mezcla el falso documental con el periodismo investigación para adentrarse en el macabro negocio de la esclavitud sexual. Los proxenetas enredan a sus víctimas con ganchos como «ven, ven a Europa vas a ganar 600, 800 dólares por trabajar como camarera, como ‘mesera’ o como sirvienta en una casa», explica Lozano. Argumentos de peso «cuando la media del sueldo en una casa son de ciento y pico dólares».
Una vez que llegan a su destino, las mujeres descubren la trampa: «Se les quita el pasaporte y les dicen ‘trabajas 24 horas al día, de domingo a domingo, tú no vuelves a dormir hasta que no ganes esta cantidad de dinero’. Da igual los hombres que quieran estar contigo, si estás enferma, si no estás enferma».
A partir de este momento, estas mujeres que proceden de países como Paraguay, Perú o Colombia quedan a atrapadas en una espiral de terror que las engulle cada vez más. «Tienes una deuda que cada día aumenta, la que has contraído en el viaje. Pero cada día que tú estas aquí tienes que pagar por todo: por dormir, por preservativos, por toallas higiénicas, por salir a la puerta de la calle… Hay un sistema de multas que nadie conoce», denuncia la directora.
Estas mujeres son víctimas de un sistema del que todos son cómplices, entre ellos, los medios de comunicación: en Europa la prensa recauda 40 millones de euros con los anuncios en los que se ofrecen servicios sexuales. «Lo incentivamos con la demanda», apunta Lozano en referencia a los clientes, «si no quisiéramos cada vez mujeres más jóvenes no se captarían mujeres cada vez más jóvenes».
De esta pesadilla no es posible escapar, ni cuando logran ser liberadas por las autoridades. Como explica Lozano, «muchas de las mujeres rescatadas no pueden volver a su país. Si su familia se entera de lo que ha pasado… jamás pueden volver, nunca. Hay poca gente que entienda que esto es una violación de los derechos humanos».
Además, «en un proceso de trata todo lo que se incauta es para el Gobierno. De las tratas, todo el mundo saca tajada», sentencia la directora.
El documental podrá verse en la sala Azcona de la Cineteca del Matadero de Madrid los días 4, 5 y 6 de septiembre.
Artículo publicado originalmente en elmundo.es | Vídeo: entrevista por Ana Boyero y realización por Gabriel Pecot & Celia Hernández.