Hay tantas motivaciones para iniciar un viaje sin billete de vuelta como migrantes hay en el mundo. Y no es un acontecimiento actual: la movidad de las personas y los pueblos es un fenómeno natural que se ha producido a lo largo de toda la historia de la civilización.

Este argumento, tan sencillo y a la vez tan poco interiorizado en nuestra sociedad, es el sólido punto de partida de Gonzalo Fanjul para Diásporas, un proyecto que ha sido merecedor de una de las las ayudas anuales que concede la Fundación BBVA a investigadores y creadores «que se encuentran en un periodo intermedio de su carrera, una fase entre la joven promesa y el senior consagrado en que se han obtenido ya los primeros resultados significativos, pero una gran parte de la producción está aún por llegar«. La aportación económica de esta ayuda es de 37.000 euros.

La Fundación BBVA busca el «talento innovador» y la «creatividad» de personas con gran formación y bien situadas en el escenario internacional del conocimiento en su disciplina, como es el caso del economista experto en desarrollo internacional Gonzalo Fanjul, codirector de la Fundación porCausa.

El director del área de investigación de la fundación es también consultor para organizaciones dedicadas a la lucha contra la pobreza, como Unicef, Oxfam o Save the Children UK. Además de su trabajo en porCausa, Gonzalo es director de análisis del Instituto de Salud Global de Barcelona ISGlobal, donde trabaja con foco en la desigualdad, como no podría ser de otra manera en este analista en extremo sensibilizado por la pobreza y las condiciones de la infancia.

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En esta tercera edición de las Ayudas de la Fundación BBVA se han presentado cerca de 1.800 solicitudes y solo han sido escogidas 60. Las investigadores y los investigadores seleccionados han de tener residencia permanente en España y estar entre los 30 y los 50 años. La selección de los receptores ha tenido en cuenta sobre todo el currículo, al que se da un peso del 70 por ciento frente al 30 por ciento por ciento que se otorga al proyecto presentado.

Los beneficiarios cuentan con un plazo de entre seis y 18 meses para desarrollar el proyecto, que en este caso es la investigación, el análisis y la publicación para contribuir a un debate público bien informado sobre el actual régimen migratorio, el cual consideramos roto; es inmoral, insensato y, por momentos, contrario a las leyes internacionales. Las normas, políticas y prácticas que definen este sistema responden a intereses cortoplacistas y que, por no contemplar en su integridad un fenómeno tan complejo, se ven desbordadas por la realidad del mismo.