Kevin Watkins: «Europa incentiva el tráfico de personas»

El Director Ejecutivo del ODI alerta de la desconexión entre la visión de los gobiernos y la verdadera naturaleza de los movimientos de refugiados y migrantes.

Con más de treinta años de carrera en relaciones internacionales y política exterior en algunos de los más prestigiosos organismos británicos y mundiales, Kevin Watkins habla con claridad de los graves problemas migratorios actuales y las ineficaces respuestas institucionales. Director ejecutivo del Overseas Development Institute (ODI), un think tank británico independiente especializado en desarrollo internacional y asuntos humanitarios, el próximo 28 de septiembre asumirá idéntico cargo en la oenegé Save the Children en Inglaterra.

Watkins explica los motivos por los que las políticas migratorias de los países europeos son tan restrictivas en fronteras y fracasan constantemente a la hora de garantizar los derechos humanos a refugiados y migrantes económicos.

El ODI ha lanzado un informe donde afirma que las políticas en los países de destino no determinan la decisión de migrar. Esto se hace en el contexto de un proceso de políticas cada vez más estrictas. ¿Cómo crees que debería el Gobierno británico y cualquier otro Gobierno en la Unión Europea reaccionar a esto?

Hay una desconexión entre la forma en la que los gobiernos ven la migración y el desafío de los refugiados, y la realidad que lleva a la gente a migrar como refugiados. Si tú le preguntas a los que hacen las políticas en la mayoría de los países europeos cuál es su principal preocupación te dirán que prevenir la movilidad de la gente, poner difícil la entrada al país, ya sea en la frontera o denegando el acceso al mercado laboral o a las solicitudes de asilo.

Muchos líderes políticos presuponen que la gente está preocupada por mantener el estado de bienestar en Europa. La realidad es que la búsqueda del bienestar económico en Europa ni siquiera figura entre los motivos que llevan a la mayoría de la gente a moverse. La gente se mueve por motivos varios: en algunos casos por miedo, como resultado de la persecución. Huyen de Eritrea porque no quieren ser forzados a alistarse en el Ejército durante quince años. También huyen Siria porque no quieren ver a sus hijos asesinados en ataques bomba indiscriminados. Huyen de Yemen porque el Ejército del Aire de Arabia Saudí bombardea zonas civiles. Escapan de Libia y Afganistán por los conflictos.

Pero también hay gente que emigra porque tiene aspiraciones.

En muchos casos ya han emigrado previamente, digamos que de Siria a campos de refugiados o a campamentos en Líbano donde no tenían la oportunidad de educar a sus hijos, donde la situación se está deteriorando. Y quizá conocen a gente que ha emigrado a Europa.

Foto / ODI BY-NC
Foto / ODI BY-NC

Como resultado de eso, ellos ven una oportunidad y básicamente tanto los refugiados como los inmigrantes están haciendo lo que cualquiera de nosotros haría en esa situación. Privamos a la gente del derecho a educar a sus hijos, de tener acceso a la sanidad, de la dignidad y seguridad que conlleva tener un trabajo. Por eso estamos diciendo a los responsables de las políticas en Europa que las orienten a dar respuestas al mundo real de refugiados y migrantes, y no al mundo de ficción lleno de prejuicios, conjeturas y ausencia de evidencias en el que actualmente se enmarcan esas políticas.

Peter Sutherland, representante especial de la Secretaría General de las Naciones Unidas para la Migración Internacional, ha descrito la respuesta a la crisis de refugiados como inepta y xenofóbica. ¿Está de acuerdo con esto?

Bueno, quizá estaba siendo amable. Creo que no puedes tratar la respuesta de la Unión Europea como un todo. Los gobiernos europeos tienen un historial diferente respecto a este tema. Alemania se posiciona como un país que ha sido muy generoso y abierto y ha cumplido sus obligaciones internacionales para con los refugiados. Suecia ha sido relativamente abierta. Hay otros países sobre los que yo diría que han violado claramente la Convención Europea de Derechos Humanos y la Convención de Derechos del Niño levantando vallas de alambre de espino, no proporcionando provisiones a los niños tan vulnerables, en algunos casos, dándoles la espalda y dejando que se ahoguen. Esto es una enorme violación de los de los derechos humanos a la cual deberían parar de atribuir etiquetas diplomáticas.

Y todavía hay otros países, entre los que está Reino Unido, que tienen buenos precedentes respondiendo a la crisis en la región, invirtiendo dinero en la educación, ofreciendo oportunidades a las personas que han huido del conflicto sirio y que ahora viven en Jordania, Líbano y Turquía. Pero tenemos pocos antecedentes en acoger a refugiados en Reino Unido, solo dos o tres mil. Esa no es una respuesta apropiada para un país de esa talla y sus recursos financieros.

Hay países europeos que han violado claramente la Convención Europea de Derechos Humanos levantando vallas y dejando a los menores morir ahogados

¿Tiene el ODI una opinión sobre cuál debería ser la respuesta, la alternativa?

Somos un laboratorio de ideas por lo que no tenemos una posición institucional pero creo que cualquier observador imparcial que mire la situación de la forma en que los autores del informe lo han hecho, puede llegar a ciertas conclusiones: lo que realmente necesitamos en Europa es una respuesta que haga posible a los refugiados entrar en la UE de forma segura. Para que las demandas de asilo sean legitimadas, los refugiados deberían ser correctamente acomodados, y si no, por lo menos deberían ser humanamente y razonablemente tratados con respeto en la repatriación.

Oímos mucho a los que crean las políticas hablar de la guerra contra la mafia y contra los traficantes, pero es realmente la UE y sus gobiernos los que están creando el mercado de los traficantes de personas al hacer tan difícil la entrada a Europa. Ellos están incentivando a las bandas criminales a invertir en botes de tercera categoría, las cuales ponen en peligro la vida de las personas que cruzan el mar hasta Grecia o Italia. Si realmente quieres declarar la guerra a los traficantes y a las mafias, tienes que tomar la palabra y pasar a la acción, y eso se hace facilitando pasajes seguros, no construyendo muros.

¿Por qué cree que, en el tema de la migración, las organizaciones para el desarrollo han estado tan ausentes en el pasado? El ODI es una de las pocas instituciones que están haciendo una agenda de investigación activa en este tema pero la mayoría de las oenegés internacionales han estado reactivas.

Creo que hay dos razones principales. La primera es que muchas de las grandes campañas del desarrollo de los últimos 10 años, si lo piensas, están hablando de ayuda para aliviar la deuda o de salvar las vidas de mujeres y niños. Todas tienen que ver con los problemas de allí, no son nuestros problemas, y ante ellos deberíamos responder con generosidad; es lo que yo describiría como problemas fuera de alcance. Creo que la crisis migratoria demuestra que estamos viviendo en un tipo de mundo muy diferente, donde las conexiones entre los países y las personas son más profundas de lo que nunca lo han sido. Y ya no es posible dibujar una línea entre los países ricos y los pobres y decir que es un problema de desarrollo, y que este es un problema de los países ricos.

Muchas oenegés no abordan cuestiones de migraciones y refugiados porque ven peligrar su financiación si aceptan estos temas polémicos e incómodos

Lo que está ocurriendo en el patio trasero de Europa son las consecuencias del fracaso social, de la violencia y el conflicto, de las aspiraciones y las ambiciones. Y de los vínculos entre la parte muy rica y la desesperadamente vulnerable y pobre del mundo. Creo que las agencias de ayuda y las oenegés han sido muy reacias a coger esos temas porque son muy complicados y, francamente, creo que también son políticamente menos cómodos.

Nadie en su sano juicio, sean cuales sean sus ideas políticas, está a favor de permitir que niños mueran en África o que la gente pase hambre en el sur de Asia. Pero si te metes en cuestiones de migraciones y refugiados, son temas muy polémicos y la gente no le gusta o no quiere abordar el tema. Me parece que muchas oenegés ven peligrar su financiación si aceptan esta causa tan popular. La gente que dona para parar el hambre en otra parte del mundo puede no ser la misma gente que apoyaría una campaña en favor de los derechos de los refugiados y los migrantes.

 

Conoce más sobre el proyecto Industria Control Migratorio aquí.

Radiografía de la noticia

Gonzalo Fanjul realizó esta entrevista en Londres en febrero de 2016, en el contexto de la presentación del informe del ODI Journeys to Europe, que aparece mencionado en el texto. La fundación porCausa contribuyó para esa investigación con la realización de entrevistas a migrantes realizadas en el verano de 2015 en Madrid.

El autor de la entrevista es, además de codirector y fundador de porCausa, investigador asociado del ODI.

Kevin Watkins es miembro del patronato de porCausa.