África no es pobreza y hambruna, o al menos no lo es todo en el continente. Así lo explicó el periodista José Naranjo en el taller que impartió el pasado 9 de marzo en la sede de porCausa. A menudo se piensa en África como «un lugar maravilloso con una naturaleza fantástica poblada por gente incomprensible que se están todo el día matando entre ellos. Es la idea global que está en el imaginario de mucha gente», afirmó el corresponsal, quien se mostró preocupado por esta imagen, un estereotipo del que los medios de comunicación españoles tienen cierta responsabilidad.
Naranjo contó su experiencia: la de un periodista canario recién licenciado que sintió la llamada de África durante la crisis de los cayucos, en un momento en el que día tras día llegaban a las costas de las islas cientos de pateras cargadas de personas deshidratadas y con poco en sus bolsillos. Recuerda la percepción de la gente por aquel entonces, marcada por el desconocimiento que provocaba el miedo a estas personas, que cruzaban el mar en una inestable barcaza, vinieran «a robar y a violar» a «las hijas» de los españoles.
Plantearse los motivos que llevaban a esos migrantes a confiar su vida a la mar fue lo que le arrastró hasta el continente vecino. «Fui con las orejeras puestas, las orejeras de esos estereotipos», reconoció. Una vez allí, cuando comprobó que la idea de África con la que partía no se correspondía con lo que encontró fue, según apuntó, lo que le hizo llegar a la conclusión de que hay que partir del reconocimiento del propio desconocimiento.
Cuando cruzó el mar en busca de respuestas a la crisis migratoria se encontró con miles de historias y una población que quería contarlas. Algunas de ellas se las narró a los más de 30 participantes del encuentro. En sus viajes, los últimos ya desde su base en Dakar, ha encontrado algunas explicaciones. «Una de las razones [de por qué están migrando] es porque estamos explotando sus aguas«, asegura, advirtiendo que la industria pesquera pone en peligro el suministro alimenticio de muchos países. Habló de los barcos arrastreros que pescan en zonas protegidas y de las irregularidades cometidas por estos y, como consecuencia, de una situación cada vez más complicada para los pescadores artesanales.
Pero la industria pesquera no es la única vía de explotación de las empresas extranjeras de un continente rico en recursos naturales. José Naranjo expuso un panorama en el que la actividad extranjera es enorme pero los beneficios para la población autóctona es altamente cuestionable. Para el reportero, un ejemplo de esto es el acaparamiento de tierras por parte de empresas foráneas, quienes cultivan grandes superficies de hectáreas para más tarde llevarse los alimentos a sus países de origen, provocando una gran inseguridad alimentaria entre la población. O el caso de la explotación minera por parte, de nuevo, de compañías extranjeras causando daños como la contaminación e inutilización de las aguas y, como consecuencia, desplazamientos forzosos de la población.
Sin embargo, y como devenir de esta situación, gran parte de la población africana que no ha emigrado se está movilizando, levantando su voz para luchar contra la explotación extranjera, la corrupción en el poder y a favor de una democracia que se extiende. «Esto es algo que se está viendo cada vez más, cada vez hay más gente luchando por cambiar las cosas», afirmó Naranjo, quien recalcó la importancia de estos movimientos ciudadanos hoy, en especial de los ciberactivistas, como es el caso de Africtivistes. Una situación de la que los medios españoles no se hacen el eco que exige un hecho de tal magnitud, ya que este activismo está generando un cambio: periodistas, artistas y movimientos vecinales están trabajando unidos. Como ejemplo, el caso de la plataforma Sunu 2012 que, a través de un sistema de fotos de las actas electorales de los colegios en Senegal durante las elecciones de ese año, consiguió evitar el amaño de los resultados.
«Cuando pensamos en África y mujer, todo el mundo piensa explotación y mutilación genital», apuntó Naranjo. «Y es verdad, la mutilación sigue siendo un problema enorme pero lo que es también verdad es que se está combatiendo, que cada vez hay más países que la prohíben y que probablemente dentro de dos o tres generaciones será un problema del pasado», añadió.
También habló de las epidemias como otro lugar común. «Cuando se piensa en ébola se piensa en África», afirmó, «lo que la gente no sabe es que el año pasado se consiguió un hito, se erradicó la polio». Para él, como sostuvo en repetidas ocasiones durante las dos horas del encuentro, al contrario de lo que se dice en las redacciones, «las buenas noticias también se leen». Dando estas noticias se lucha contra los estereotipos: «África no es una foto fija, es una realidad cambiante y en evolución».
Finalmente, el periodista reconoció la evolución positiva de la visión que se tiene de África, un cambio que, como bien subrayó, viene del interés creciente por parte del público, al menos del español.