Sucede que los datos son mucho más que meras cifras. Son herramientas que, una vez ordenados y contextualizados nos permiten, por ejemplo, cuestionar las narrativas y discursos con las que algunos medios de comunicación y responsables políticos han abordado la crisis de refugiados que está teniendo lugar en las fronteras de la Unión Europea.
Lo que empezó, y aún en ocasiones continúa, como una crisis migratoria, exigió un cambio de perspectiva cuando en los destinos europeos se constató el crecimiento exponencial de personas procedentes de Siria. En 2013 y 2014 este ha sido el primer país de origen de los demandantes de asilo en la Unión Europea. Las 122.115 solicitudes de asilo de ciudadanos sirios en el conjunto de la UE el pasado año representaron casi el 20% del total.
Por su parte, las apocalípticas descripciones de llegadas masivas de inmigrantes y refugiados a la frontera exterior de la Unión Europea para acceder ilegalmente también se pueden desmontar con los datos. En este caso, al observar el número de entradas ilegales registradas efectivamente según datos de Frontex: entre enero y julio de este año, el número de entradas ilegales en la Unión Europea a través de las fronteras marítimas y terrestres del sur y este de Europa fueron 504.588. Aunque esta cifra supone un aumento de casi un 44% respecto al total de 2014, el número es inferior a la de residentes en la ciudad de Málaga.
Los datos nos demuestran también, como ya se expuso en este mismo espacio, que es mucho más lo que la Unión Europea y particularmente España puede hacer para cumplir con un compromiso adquirido internacionalmente de brindar protección a las personas refugiadas.
Puedes leer el artículo publicado originalmente en 3500 Millones de El País aquí.
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