Si algo tiene claro José Luis Rodríguez Zapatero es que «la migración es un derecho fundamental» en el que se ha de trabajar para garantizar la dignidad de las personas. El 3 de abril de 2018, el expresidente del Gobierno asistió a la premier del último proyecto audiovisual de Ai Weiwei, Marea humana, organizada por la Fundación porCausa.
Antes de la proyección de la película explicó su punto de vista acerca de la movilidad humana como prioridad en materia política. «Nuestra tarea debe ser en tres frentes», dijo. «Hacer que Europa no cambie su condición de espacio de acogida, hacer más políticas de cercanía y cooperación con África y contribuir a la regulación global para dar una nueva perspectiva que nos va a exigir el siglo XXI».
No obstante, quiso recordar que se trata de una tarea compleja. «Es uno de los derechos más difíciles de realizar», señaló. Sus motivos: «comporta muchos problemas para las sociedades, las conciencias colectivas y la cultura, y porque hay que ordenarlo». En cualquier caso, el exlíder socialista expuso una serie de propuestas con visión de presente y futuro, entre ellas «apostar por una regulación internacional a favor de los derechos migratorios». Pero sobre ella dijo que debería realizarse con «la menor politización posible».
Zapatero no pasó por alto su propia experiencia como Presidente (de 2004 a 2011) en relación a las políticas migratorias españolas. Durante su mandato tuvo lugar un importante incremento de los flujos migratorios hacia España. De 2005 a 2006, las llegadas irregulares a las Islas Canarias pasaron de 4.700 a 31.700 personas, unas cifras que auguraban el futuro que hoy venimos presenciando. «Los momentos más intensos, donde la sensibilidad estuvo más a flor de piel sobre la condición del ser humano, los viví en gran medida con problemas relacionados con la inmigración», recordó el presidente.